La marinera es peruana señores y con estas palabras inicio este artículo, para conocer un poco más (si es que aún no conocen) lo que es y tiene la marinera peruana. Este baile es una expresión musical que emana alegría en cada una de la ejecución de sus pasos, en ello, la pareja explota su gracia y picardía donde muestran el enamoramiento, la coquetería y la insinuación con las características propias del baile. ¿Uno se puede imaginar todo eso en un baile? …..puede ser.
Existe tres tipos de marinera: La limeña, la norteña y la serrana. Las diferencias son claras y en ella podemos distinguir lo siguiente: La marinera limeña se destaca por su elegancia y por lo señorial del baile. Se baila acompañada de instrumentos musicales clásicos con el cajón y la guitarra pero lo interesante es que también es acompañada por las palmas. La marinera norteña es quizás la más alegre de las tres marineras, por lo vibrante en pasos y ritmos. Podríamos decir también, que es la marinera donde se encuentran los pasos más complicados y variantes estructuras coreográficas que van con la música. Por último, la marinera serrana que se caracteriza por su ritmo lento, sentimentalismo y principalmente porque tiene gran influencia del huayno que justamente ese estilo forma parte del remate a la hora de bailar.
Debo confesar que, en mi opinión personal, ver bailar una marinera es un deleite. La ejecución de cada paso es un derroche de salamería y es probable que muchos no conozcan el significado de cada uno de los pasos de este bello baile, pero aquí trataremos de describir lo mejor posible esos pasos. El hombre realiza un conjunto de movimientos para lograr acercarse a ella y por supuesto ella, no es fácil de conquistar por lo que él tiene una larga tarea para hacerlo. Los pasos básicos consiste en: espera, paseo con saludos, dos coqueteos, dos fugas con zapateos y cepillados, la vuelta final y por supuesto, con el paso lateral (caminar de costado), pero con el significado de esos pasos es en lo que nos centramos ahora.
Todo empieza con las miradas intensas. Ella toda coqueta, retadora y sobrada mueve el pañuelo con un suave movimiento de caderas. Él cortés, galante y caballero se saca el sombrero para saludarla desde lejos y se inicia la conquista, el cortejo.
Están a una distancia y con los pañuelos al aire, ella luce su belleza y garbo con un caminar saleroso y unas vueltas y contra vueltas, mientras que él se mueve en su sitio con paso suave levantando su sombrero y pañuelo para llamar su atención. Al toque del tambor salen de sus sitios suavemente y sin dejar la elegancia hay un primer acercamiento de sus cuerpos con los pañuelos al aire y es ahí donde él hace el primer intento de besarla. Ella con sonrisa coqueta mueve la cabeza de un lado a otro escapando presurosamente de él y separándose. Nuevamente hay otro acercamiento donde parece que ella acepta que la cortejen pero ella nuevamente le hace un desplante.
Ambos vuelven a juntarse y él la cubre con el brazo pero sin tocarla, ella se apoya en su pecho para realizar una vuelta y los pañuelos se unen en el aire en uno, sus rostros se esconden tras el sombrero escondiendo un inocente beso. Como de arrancarse los pelos, ella escapa nuevamente de sus brazos y separados se pasean para retarlo con sus poses y él la rodea en señal de admiración. Continúa el paseo y de lado a lado elevan juntos los pañuelos y ella gira el rostro con un movimiento tajante diciéndole que debe continuar con el cortejo.
Ambos se preparan para el momento de la euforia porque hay desborde de alegría y se hace notorio en el zapateo dónde sacan chispas en el suelo. Mueven sus cabezas y pañuelos y hay una primera fuga, la música los lleva al inicio del zapateo para realizar la tradicional y significativa figura “la triunfadora”, luego uno al costado del otro, pero con los cuerpos mirando hacia distintas direcciones, luego giran en un círculo, moviendo los pañuelos jaraneros en señal de triunfo y alegría desbordada, luego él la rodea con un vistoso traslado, ella permanece en el centro con la falda recogida o abierta, girando con el tradicional punta y taco o con el muy conocido cepillado.
Ambos buscan juntar sus rostros, frente a frente y hay mucho zapateo. En la segunda fuga, ambos buscan el acercamiento y está próximo a llegar la parte final. Ambos están frente a frente, con pañuelos arriba y al compás de la música dan vuelta y ella lo acepta mientras la acoge en sus brazos.
Y como dice la canción “No hay primera sin segunda”, la segunda parte del baile es la etapa donde ellos ya se conocen. Regresan a sus sitios para mostrarse independientes en su forma de bailar. Nuevamente un saludo pero más sencillo que el primero, pero eso sí, se agudiza las poses de ambos. Después de zalameros movimientos hacen un giro final y ella estirada con el pañuelo en alto como señal de triunfo, permite que él caiga arrodillado y rendido a sus pies con los brazos abiertos y hacia arriba en señal de reverencia hacia ella. El cortejo ha terminado.
Es evidente señores que la marinera peruana tiene la marca PERÚ. Ahora un video de como se baila una marinera norteña con Koki Beteta-Tricampeón de marinera.
