martes, 2 de noviembre de 2010

TODO COMENZÓ ...

Un mes de Julio, mes de fiestas patrias, decidi irme de vacaciones con una amiga a conocer Huancayo. Nunca había estado ahí, así que era momento de conocer nuevos lares, respirar aire puro y desestresarme despues de más de un año inenterrumpidos de trabajo.

Soporte valerosamente la altura (4,818 m.s.n.m) aunque llegué en condiciones trágicas físicamente me recuperé con un descanso breve y luego con una caminata en el centro de la ciudad.

Al día siguiente los esperados tours (soy una amante de los tours y de los deportes de aventura), conocí una artesanía peruana, típica del lugar y que en mi vida había visto, los famosos mates burilados. Los mates (legenaria bulgaris) es la calabaza peruana en que los artesanos tallan a mano y que en ella cuentan historias propias de la vivencias y costumbres de la sierra. Me pregunté porqué nunca había escuchado de esta artesanía, porqué no era tan conocida como otras artesanías peruanas (retablos ayacuchanos, cerámica de chulucanas, etc). Inmediatamente nos dijimos: "se puede hacer más con esta artesanía"; así que desde ese momento nuestra mente comenzó a crear nuevos diseños y al mismo tiempo a investigar en el mercado si existía nuestras ideas en otro lugar. Descubrimos que no, así que pusimos manos a la obra y comenzamos a hacer realidad nuestras ideas. El resultado fue una maravilla, no lo creíamos ... pero ahí estaba frente a nuestros ojos una nueva forma de hacer del mate burilado una artesanía utilitaria.







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